Cuando me dieron el diagnóstico sentí una ira que crecía día a día. Me enfadaba con todo el mundo, especialmente con mi familia que solo intentaba ayudarme. Las sesiones de Polaridad me aportaron sosiego y empecé a dejarme cuidar.
Apuesto por
una atención sanitaria más cercana, menos agresiva y más global en la que cada persona se implique en su propio proceso de salud.
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Cosas que compartís
Tras el baño de bosque siento una mayor percepción de lo que me rodea. Me siento más relajada y con una sensación de paz y bienestar. Creo que con el apoyo adecuado, soy capaz de disfrutar de sensaciones que – paseando sola – no percibo.
El baño de bosque es una actividad que te ayuda a integrarte en el entorno, a aflorar emociones y a sentirte en paz. Es un buen complemento junto a otras prácticas, como el ejecicio y el yoga, para poder parar del ritmo frenético del día a día.